martes, 2 de septiembre de 2014

Volver.



Siempre seguí la misma dirección
la difícil la que usa el salmón.

-Andrés Calamaro.




El 30 se septiembre del 2010 me encontraba haciendo maletas, llenándolas con lo poco que tenía (eran dos maletas). Recuerdo que mi viejo me dijo no sé si en son de broma o de manera seria y quizá esperanzadora: “toma, llena esta maleta de sueños”. 


Aquellas maletas semi llenas de ropa y completadas con la ilusión de mejores días, eran para ir a vivir y trabajar en el oriente, solo. Llegue un primero de octubre a la ciudad de Macas, con muchas ganas, con no mucha experiencia como entrenador principal y con la incertidumbre de saber que me esperaba el destino.


Hoy casi 4 años después renuncie en Macas para regresar a vivir a Azogues, ciudad que me acogió como uno de los suyos desde los 15 años. Muchas de las veces me identifico como ecuatoriano ante cualquier gentilicio de lugar, pero siendo francos, me considero azogueño también. 


Dejar abandonada aquel pequeño departamento que fue testigo de alegrías y lágrimas, de compañía y soledad, de sueños cumplidos y sueños rotos, fue una alegría sombría. No saber si me estaba yendo o si estaba regresando me mataba. 


Llevo ya dos meses viviendo nuevamente en Azogues con mi familia, rememorando podre decir que el hogar uno lo hace donde está su felicidad. Hoy por hoy soy feliz junto a las personas que amo, hoy por hoy, estoy en mi hogar.


Volví…