martes, 25 de junio de 2013

Perro Azul.


Azul ciano, universo helado,
azul magenta, verso cálido.





Perro azul de despedidas,
vienes me mueves la cola y me ves a los ojos,
y te acercas con las orejas caídas y el hocico partido,
y quizá el rabo entre las piernas.

Sé a qué vienes,
siempre te llevas alegrías,
me la cambias por apatía,
hastío,
soledad.

Mi tristeza se volvió azul de repente,
cobrá color ahora.
Antes incolora e indefinible;
Hoy perro
y hoy azul.


jueves, 20 de junio de 2013

Porque cuando hay amor, generalmente no hay tiempo para escribir.




No me importa cuánto vivan mis amores...
yo amo mientras dura,
mientras pueda,
mientras se vacía el vaso y emprendo mi camino.

-Edel Juarez.



De corrido y sin pausa. Así el tiempo ha pasado por el diario sobrevivir, miles de cosas han pasado, sin embargo, dos han sido las más significativas.  Un final y un comienzo.

El final, se veía venir. Situaciones cotidianas transformadas ya en apáticos momentos compartidos, hastió, ira. 

El comienzo, viene dado después del final no tan inesperado, llega nomas a romper dogmas y creencias. Que se quedara para siempre me ha dicho. Y bien es sabido que “para siempre” es demasiado tiempo. Por eso el “para siempre” significa, mientras dure. 

De aquí las ruinas y confesiones rotas están demás describirlas, peor escribir sobre el presente. Al presente no hay que escribirlo, hay que vivirlo. 

Aprendí a no escribir jamás del pasado, porque escribir en pretérito duele. Y escribir del presente es medio inútil, porque a describir las maravillosas escenas que se están viviendo, es preferible vivirlas. Es aquí cuando viene de nuevo la duda, porque escribir en presente es imposible, pero escribir en pasado es más viable. Es por eso que cuando en presente nos sentimos amados, generalmente no hay tiempo para escribir.

yo te amo... mientras dure.