Para
empezar el análisis debemos tener en claro que mismo es la libertad de
expresión, término que ha venido usándose, por lo menos en el país y desde la recién
aprobada ley de comunicación, con mucha frecuencia.
La
libertad de expresión es un derecho fundamental, contemplado en el artículo 19
de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Citado textualmente el
mismo dice:
"Todo individuo tiene derecho
a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser
molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y
opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier
medio de expresión."
No obstante la libertad de expresión conlleva límites, en
particular cuando esta entra en conflicto con otros valores o derechos. Tal es
el caso de discursos de odio de cualquier tipo o de informaciones manipuladas
de tal manera que favorezcan a cierto grupo social o económico. De igual manera
la libertad de expresión se ve contrariada cuando se usa para injuriar sin
ninguna prueba ni antecedente a otras personas, con tal de dañar su honra y
reputación.
En
base a esto es dable preguntarse cuál es el verdadero papel que han desempeñado
diferentes gremios como la UNP, Colegio de Periodistas, Círculo de Periodistas;
en el aporte al desarrollo social y democratizador de la información en el país
y por ende a la necesidad de libertad de expresión y de la información.
El periodista
Jaime Duque Cevallos, nos manifiesta que en países como Francia o España estos
gremios son cuerpos importantísimos pues sirven para la autorregulación y para fijar
códigos deontológicos. En el Ecuador no han servido de mucho, evidenciando que recién
al ponerse en vigencia la nueva ley de comunicación se crea un código deontológico
puesto por el gobierno. ¿Por qué no hicieron nada por ese lado? De igual manera
organismos como la SIP que hablan por los periodistas pero en realidad
representan nada más que a los dueños de los medios. Así, gracias a estos
organismos como el Círculo de Periodistas, la prensa no se vuelve
democratizadora de la información, pero más por un tema de manipulación. No se
ha visto pronunciamiento de ningún colegio de periodismo condenando el despido intempestivo
de la redacción de la Revista Vanguardia, al contrario del caso “El Universo”
cuando se realizaron plantones, reuniones y pronunciamientos. Evidenciando
claramente que el trabajo realizado por estas organizaciones no va en el
bienestar del periodista, sino en el bienestar del dueño del medio de
comunicación.
De
igual manera el comunicador y poeta guayaquileño, Rafael Méndez Meneses nos
dice que estas mismas instituciones (colegios de periodistas) solamente defienden
a los dueños de medios y no a los periodistas, “Se los ve más en defender
diarios, seguir el discurso de la AEDEP, pero poco o nada dicen sobre los casos
en que periodistas han sido afectados en el plano laboral”. Tal es el caso de
diario La Hora y Revista Vanguardia, la evidencia de agresiones físicas contra
periodistas de medios incautados y públicos evidencian que no les interesa
realmente defender al gremio. Los
gremios como tales no tienen función democratizadora en cuanto a información, deberían
dedicarse a defender sus intereses, pero no los corporativos, sino la de los
profesionales agremiados.
La
democratización de la información se ha venido dando por el fortalecimiento de
medios públicos y medios locales. En esto influye la nueva ley de comunicación
que democratiza el acceso a la publicidad y obliga a empresas a dar un
porcentaje de pautajes a medios locales, impidiendo la concentración de
publicidad por parte de los grandes medios, además de la información generada
por la agencia Andes, que permite a medios pequeños informas sobre temas que
antes no podían por tema de costos. Mientras los grandes medios dicen que el
gobierno no permite informar, los medios pequeños dicen lo contrario. Hay una
democratización de la información que va más allá del fortalecimiento de los
medios públicos.
En
definitiva, el aporte al desarrollo de la libertad de expresión por parte de
estos gremios ha sido nulo prácticamente, ya que por dedicarse a velar intereses
empresariales de los grandes dueños de medios y grupos de poder que manejaban
la información en el país; han descuidado completamente la libertad de
expresarse de manera responsable y libre por parte de los periodistas y de
todos las personas que con o sin título se han dedicado a informar y comunicar
de forma desinteresada, honrada y responsable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario