Porque después del amor desencantado,
después del amor y el respeto,
de la entrega y el desinterés.
Solo queda tristeza y una despedida.
Solo queda una lágrima y muchas canciones.
Y a veces, solo a veces;
queda un: “hija de la gran puta”
Pronunciado para adentro,
como el amargo del trago,
como la dulce revancha ante lo perdido.